Al arrancar la dieta cetogénica, es común que nos sorprenda el rápido descenso de peso inicial, el nivel de energía, la claridad mental que logramos y la sensación general de bienestar. Sentimos que nuestro cuerpo se deshincha y se renueva.
En una época en la que están de moda las “dietas detox”, que prometen liberar a nuestro cuerpo de las toxinas acumuladas, puede que te preguntes si es posible hacer una dieta keto detox, que te ayude a purificar el cuerpo aún más rápido.
Hacer una dieta keto detox requiere consumir alimentos que estimulan el buen funcionamiento de los órganos que intervienen en los procesos naturales de eliminación de toxinas (el hígado, los riñones, el aparato digestivo y la piel), así como evitar consumir productos que sobrecargan estos órganos.
De auerdo con el Departamento de Salud de los Estados Unidos, buena parte de las intervenciones radicales que suelen recomendarse como parte de “planes detox”, como la reducción drástica de la ingesta de calorías, la alimentación exclusivamente a base de jugos o batidos, o el uso de productos laxantes o diuréticos, carecen de base científica e incluso pueden resultar dañinos si se realizan sin supervisión médica.
Sin embargo, hay maneras sencillas de ajustar nuestra dieta y nuestra rutina para que acompañe los procesos naturales de eliminación de toxinas que nuestro cuerpo realiza día a día.
Te acercamos 5 maneras de acompañar a tu cuerpo en su proceso de eliminación de toxinas que son compatibles con la dieta cetogénica:
Tabla de Contenidos
1. Hidratarte, de la manera correcta
Muchas de las toxinas que consumimos en los alimentos o incorporamos del ambiente a través de la piel o la respiración, son sustancias liposolubles, es decir, que se disuelven en la grasa. Se cree que, cuando llevamos a cabo una dieta que estimula la quema de grasas acumuladas en nuestro cuerpo, estas sustancias son liberadas a un ritmo acelerado y deben ser eliminadas con intervención del hígado.
Una de las formas que tiene nuestro hígado de eliminar estas sustancias tóxicas es convertirlas en sustancias hidrosolubles (es decir, que se disuelven en agua), para que circulen por el torrente sanguíneo y luego sean eliminadas, con ayuda de los riñones, a través de la orina. Podemos acompañar este proceso manteniendo un buen nivel de hidratación.
Mientras que existen varias bebidas que técnicamente son compatibles con una dieta cetogénica, como el café, el té e incluso algunas bebidas edulcoradas artificialmente, cuando nuestro foco se centra en ayudar a la eliminación de toxinas, el agua es nuestra primera opción.
Algunas de las bebidas alternativas contienen sustancias químicas, como la cafeína o ciertos colorantes, que deben ser metabolizados en el hígado, generando un mayor nivel de exigencia sobre este órgano tan importante.
Si estás buscando una forma de estimular aún más este proceso, tal vez te interese saber que existe cierta evidencia de que el ácido cítrico, contenido en el jugo de limón, podría estimular la capacidad del hígado para eliminar toxinas.
Un vaso de agua con una cucharada de jugo de limón puede ser una buena opción.
No obstante, si tienes experiencia en la dieta keto, puede que te preocupe que, siendo el limón una fruta, ingerir agua con jugo de limón pueda llegar a sacarte de cetosis. Si bien es cierto que, en general, se recomienda minimizar la ingesta de frutas en esta dieta, una cucharada de jugo de limón (que pesa unos 15 gramos) tiene apenas 1 gramo de carbohidratos.
Por ello, el riesgo de que te apartes del máximo de 20 a 50 gramos de carbohidratos netos diarios, generalmente indicados en este tipo de dietas, tomando solamente una cucharada de jugo de limón al día, es realmente bajo.
2. Eliminar los productos alimenticios muy procesados
La dieta keto, al eliminar el consumo de azúcares añadidos y de las harinas tradicionales (trigo, maíz, avena), usualmente nos conduce a abandonar casi todos los productos procesados (que muy habitualmente contienen este tipo de sustancias). Esto nos ayuda, al mismo tiempo, a evitar sustancias extrañas que pueden llegar a los alimentos sea en forma de aditivos, como resultado de la manipulación durante el procesado, o producirse a través de la oxidación.
No obstante, sobre todo para quienes recién inician la alimentación keto y todavía están acostumbrados a los sabores “sobrecargados” de los productos procesados, puede ser difícil acostumbrar el paladar al sabor de este tipo de comida más natural. Cuando recién arrancamos, frecuentemente tendemos a inclinarnos por las opciones keto que están más “en el límite” y a valernos de los alimentos que usualmente se indican para un consumo moderado.
Si tu objetivo es estimular el proceso natural de eliminación de sustancias nocivas de tu cuerpo, quizá quieras dejar un tiempo de lado los procesados como quesos, fiambres, embutidos, hamburguesas y productos con colorantes artificiales, que tienen agregados químicos que tu organismo debe procesar, así como sustancias que resultan de la oxidación que experimentan durante el procesamiento.
3. Aumentar el consumo de ciertos vegetales
Cuando pensamos en dieta cetogénica, a menudo se nos vienen a la cabeza imágenes de jugosos trozos de carne, una posta de salmón rosado o una tabla de quesos y fiambres. Sin embargo, los vegetales de hoja y otros vegetales ricos en fibra deberían desempeñar un papel central.
La fibra en estos alimentos promueve el desarrollo de una flora intestinal sana, que a su vez ayuda a procesar y eliminar sustancias tóxicas. Además, la fibra, en combinación con una hidratación adecuada, ayuda mucho con la movilidad intestinal, permitiendo la eliminación de los desechos del organismo.
Si estás buscando opciones de vegetales aptos para la dieta cetogénica, te invitamos a visitar nuestro artículo sobre los alimentos keto haciendo clic aquí.
4. Lograr un sueño de calidad
Cuando iniciamos una nueva dieta, es esperable que nuestra atención esté absorbida por la selección de alimentos y bebidas. Incluso puede que empecemos a prestar más atención a cuánto nos movemos y hasta que arranquemos a practicar algún deporte o a ir al gimnasio. Mucho menos frecuente es, sin embargo, que nos preguntemos si estamos recibiendo nuestra “porción de sueño” apropiada.
Existe evidencia que indica que la calidad de nuestro sueño impacta de manera directa en el proceso de purificación del que podríamos decir es el órgano más importante: el cerebro. Durante la etapa de sueño profundo, el cuerpo realiza el “mantenimiento” de nuestro cerebro, retirando sustancias tóxicas que se han acumulado.
En general, los especialistas recomiendan, para un adulto, entre 7 y 9 horas de sueño por la noche, manteniendo horarios regulares para ir a la cama y despertarse. Además, sugieren dormir en un ambiente lo más oscuro posible y tener exposición a la luz solar al despertar.
5. Hacer el tipo de ejercicio correcto
Hacer ejercicio favorece la circulación sanguínea, ayudando a tu cuerpo a movilizar y eliminar las sustancias tóxicas.
Aunque existe una amplia variedad de ejercicios que pueden ser buenos para nuestra salud en general, al momento de pensar cómo ayudar a nuestro cuerpo a liberar sustancias nocivas, es mejor optar por actividades que nos hagan transpirar. Hay cierta evidencia de que el cuerpo es capaz de liberar contaminantes ambientales a través del sudor.
Es importante recordar que debemos acompañar estas actividades con una hidratación correcta.
Como siempre, sugerimos consultar a un médico o nutricionista antes de realizar cambios a tu alimentación o rutina de ejercicios, en especial si padeces algún tipo de enfermedad o estás recibiendo algún tratamiento.